Síntomas y peligros de una Obstrucción intestinal en perros

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Si algún problema u objeto obstaculiza el recorrido por el tracto gastrointestinal, nuestro perro sufrirá lo que se denomina una obstrucción intestinal. Esta puede causar graves complicaciones, por eso es importante acudir con urgencia al veterinario.

La ingesta de cuerpos extraños suele ser la causa más común de obstrucción. Por eso es un problema más habitual en cachorros. El veterinario tendrá que restablecer la circulación intestinal cuanto antes para evitar daños tan graves como la necrosis del intestino. ¿Quieres conocer los síntomas de esta patología y su tratamiento? Vamos allá.

Características de la obstrucción intestinal

La obstrucción intestinal es el bloqueo del tracto gastrointestinal, de forma que se impide el paso de líquidos o de alimentos. Este tapón puede interrumpir la circulación de manera total o parcial.

Los síntomas de una obstrucción intestinal parcial incluyen vómitos intermitentes y diarrea  que no cesa en semanas. Es una situación que requiere atención veterinaria, pero la gravedad es menor que en el caso de la obstrucción completa. Con ella, los síntomas son los siguientes:

  • Vómitos en proyectil, en los que el material expulsado sale violentamente por la boca. Es característico de una obstrucción en la primera parte del intestino delgado.
  • Hinchazón del abdomen.
  • Vómito de color marrón con olor a heces.
  • Si el perro no defeca ni expulsa gas es señal de que la obstrucción es completa.

¿Qué perros sufren obstrucción intestinal?

Cualquier raza de perro puede verse afectado por este problema potencialmente grave. Pero es más frecuente en los cachorros o en los perros adultos más jóvenes. Las intususcepciones también se ven más en estas edades.

Esto se debe a que su causa más habitual es la ingesta de cuerpos extraños, más frecuente en los perros todavía en la fase exploratoria típica del crecimiento. Una alimentación a base de huesos también puede ser causa de este tipo de obstrucciones.

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Presencia de cuerpos extraños

La ingesta de objetos que acaban alojados en algún punto del tracto gastrointestinal y que no pueden eliminarse por el mecanismo natural es la primera causa de obstrucción intestinal en los perros. Estos pueden llegar a tragarse de todo.

Huesos, juguetes, palos, piedras, astillas, agujas, ropa, pelotas, cuerdas, etc., cualquiera de ellos podría causar una obstrucción intestinal. Además, si estos objetos son punzantes, pueden llegar a perforar los intestinos y causar una peritonitis.

La intususcepción

Tras los cuerpos extraños, la formación de una intususcepción es la segunda causa más común que podemos encontrar en los perros con obstrucción intestinal. En la intususcepción lo que ocurre es que un fragmento del intestino se invagina o repliega dentro de otro.

La imagen sería la de un calcetín al que se le da la vuelta. La intususcepción es más habitual en la zona en la que el intestino delgado y el grueso se unen. La invaginación puede ir aumentando al punto de arrastrar al intestino delgado.

Otras causas de obstrucción intestinal en los perros

Con menor frecuencia, la obstrucción en el tracto gastrointestinal puede deberse a la formación de tumores, la aparición de estrechamientos o estenosis o las hernias umbilicales e inguinales que consiguen aprisionar en su interior asas intestinales.

También pueden producir una obstrucción intestinal las adherencias en la zona debidas a alguna cirugía abdominal. Las adherencias consiguen pegar órganos o tejidos. En cachorros de muy corta edad, en casos raros, la presencia de una cantidad muy elevada de lombrices intestinales forma un ovillo capaz de causarle la muerte por obstrucción intestinal.

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¿Qué es la estrangulación intestinal?

La estrangulación es una complicación muy grave que puede aparecer en la obstrucción intestinal. Lo que sucede es que la obstrucción consigue interferir con el aporte de sangre al intestino. Sin una correcta circulación sanguínea, el intestino se gangrena, es decir, el tejido muere en tan solo unas horas. Es una situación de verdadera emergencia.

El perro puede fallecer al producirse una peritonitis, que es la inflamación de la cavidad donde se alojan los órganos abdominales. Puede ser localizada o generalizada. En este último caso, de extrema gravedad, aparecen síntomas como los siguientes:

  • Dolor abdominal muy intenso que incluso provoca gemidos a la mínima manipulación.
  • El perro deja de moverse.
  • Vómitos.
  • Vientre recogido y duro como una tabla.
  • Deshidratación.
  • Pulso débil.
  • Respiración rápida y dificultosa.
  • Encías frías y pálidas.
  • El perro con peritonitis puede colapsar y fallecer en solo unas horas.

¿Cómo sé si mi perro tiene una obstrucción intestinal?

Si sospechamos que nuestro perro ha ingerido algún cuerpo extraño o detectamos síntomas como los mencionados, debemos acudir al veterinario rápido. En la clínica, el profesional puede llegar al diagnóstico realizando radiografías abdominales. En una obstrucción intestinal se observan asas intestinales distendidas y llenas de gas y algunos cuerpos extraños.

¿Cuál es el tratamiento para una obstrucción intestinal?

Estos casos van a necesitar una resolución quirúrgica para retirar la obstrucción y que el flujo habitual pueda ser restablecido. Si alguna porción del intestino se encuentra ya gangrenada, tiene que cortarse y volver a unir mediante sutura los extremos sanos de intestino. En los casos extremadamente graves de peritonitis, antes de operar hay que estabilizar al perro.

¿Se puede prevenir la obstrucción intestinal?

Básicamente debemos mantener al perro alejado de cuerpos extraños que puedan suponer un riesgo para su seguridad. Estas precauciones son fundamentales para los cachorros, con tendencia a ingerir cualquier objeto. También debemos revisar con regularidad sus juguetes por si alguno estuviese deteriorado. Solo hay que ofrecerle aquellos específicos para perros.

Por otra parte, no es buena idea basar su alimentación en los huesos ni ofrecerle aquellos pequeños, punzantes o fácilmente fragmentables. Además, hay que acudir al veterinario ante la mínima sospecha de obstrucción para evitar, en lo posible, sus graves complicaciones.

Bibliografía
Carlson y Giffin. 2002. Manual práctico de veterinaria canina. Madrid. Editorial el Drac.

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